Antes de una visita al dentista, evita la cafeína y los alimentos azucarados que podrían estimular tu sistema. En su lugar, busca alimentos ricos en proteínas, que ayuden a tu cuerpo a funcionar con calma y normalmente. Además, cuando vayas a la consulta del dentista, puede resultarte muy útil llevarte los auriculares y escuchar una lista de reproducción preseleccionada de música relajante. También puedes llevar una pelota antiestrés u otro objeto pequeño que pueda apretar y jugar para ocupar tus manos.
Tu dentista desea que tengas la experiencia más agradable posible en todo momento y trabajará contigo para abordar todas y cada una de tus inquietudes. La tendencia natural cuando se trata de la fobia dental es evitar ir al dentista, pero permitir que los problemas dentales potenciales no se controlen de manera negativa contribuye a la ansiedad a largo plazo. En cambio, las revisiones regulares con un dentista comprensivo pueden ayudarte a evitar muchos procedimientos que provocan ansiedad.